Hoy en la Pastora te vamos a contar la historia del pimentón. Una especie que ha cambiado sus usos y su cultivo a medida que se iba extendiendo por los cinco continentes. Ésta ha pasado por muchas manos durante muchas épocas hasta llegar a tu boca en el día de hoy.
El pimiento es originario de Sudamérica, concretamente de la zona de Bolivia y Perú. Fue traído a Europa de la mano de Cristóbal Colón en 1493, y de ahí se propagó por todo el Viejo Mundo (Europa, Asia y África). En el siglo XVI ya se había cultivado el pimiento por todo el mundo. No se sabe exactamente cuando se empezó a secar y moler ciertos tipos de pimientos como la paprika y la ñora para hacer pimentón. Pero todo apunta que los indígenas americanos ya lo hacían.
Se conoce que el pimiento se hibrida con mucha facilidad, motivo por el cual existen tantos tipos por todo el mundo. En el siglo XVI se hibridó y cultivó tanto por Asia y África, que se llegó a pensar que el pimentón provenía de Oriente.
Esto produjo una gran variedad de pimentones por todo el mundo. Más o menos picantes, con diferentes colores y diferentes olores. De hecho en el mundo existen una infinidad de variedades. En España son famosos el pimentón de Murcia y de La Vera (Extremadura). En Europa destaca también el pimentón húngaro. Del mismo modo son característicos en México, y en muchas zonas de Asia.
Esta especie le ha dado a la gastronomía un aliciente. Muchos otros productos se elaboran con pimentón, como los embutidos o algunas salsa. Así que tenemos que estar agradecidos de que haya pasado por tantos lugares y se haya mezclado tantas veces, para ofrecernos tantos sabores diferentes.